miércoles, 27 de abril de 2016


ENTRENAMIENTO MENTAL EN AJEDREZ


Por Carlos Martinez

El psicólogo especializado en ajedrez, Carlos Martínez, nos envía su excelente trabajo sobre "Entrenamiento Mental en Ajedrez". En nombre de los que formamos parte de chess24 quería agradecer tanto a Carlos como a María sus magníficas aportaciones que, os anuncio, pronto verán la luz en forma de series de vídeos y ejercicios prácticos como parte de una formación del ajedrecista a todos los niveles. ¡Muchas Gracias psicólogos!
INTRODUCCIÓN
Los artículos de psicología aplicada al ajedrez publicados en revistas científicas, aunque no muy elevados en cantidad, han ido creciendo considerablemente en los últimos años gracias a autores como de Groot, A. (1965, 1996), Gobet, F. (1993, 1996, 2004, 2011, 2014, 2015) o Saariluoma, P. (1990, 1995, 1998, 2001, 2011) entre otros.
Sin embargo, este campo se reduce abruptamente cuando buscamos artículos o trabajos que relacionen la psicología deportiva con el ajedrez. En este terreno, podemos citar autores como Pérez, J.; Mesa, M.; Herrera, L. F.; de Armas, M. (2006), Ruiz Jiménez, F. J. (2006, 2009) o Suárez, F.; García, A. (2007) entre otros.
La literatura al respecto es escasa aunque autores como Krogius, N. (1972) o Rowson, J.(2000, 2005) han realizado grandes aportes sobre la psicología del jugador de ajedrez. La experiencia que desarrollo a continuación va en esta línea y pretende dar una visión muy personal acerca de cómo la psicología puede ayudar a un jugador de ajedrez. No obstante, lejos de pretender elaborar una metodología concreta o estructurar la aplicación de técnicas psicológicas en el ámbito del ajedrez, la intención es mostrar algunas claves para trabajar y entrenar con ajedrecistas en su afán por lograr un mayor rendimiento en competición.
Para comenzar, vamos a dividir lo que hemos denominado partida psicológica en tres fases (apertura, estratégica-táctica y de consumación) y vamos a profundizar en cada una de ellas tratando de delimitar qué características tienen y cómo podemos preparar al ajedrecista en cada una de ellas.
FASE DE APERTURA
Una partida comienza mucho tiempo antes al de realizar la primera jugada. La fase de apertura comenzaría precisamente cuando se conoce el rival al que se va a enfrentar el deportista y se alarga hasta que el ajedrecista plantea, ya frente al rival, las primeras jugadas. Las tareas importantes que el ajedrecista, junto con el entrenador, deben realizar serían las siguientes:
a) Estudio del rival. La primera tarea a realizar será observar y estudiar cómo juega el rival: cuáles son los planteamientos que prefiere, en qué posiciones se mueve mejor, dónde se siente cómodo, qué tipo de constelación de piezas suele dominar, etc. Cuanto más detallado sea este estudio tanto mejor será la preparación del deportista pues contará con una información muy valiosa que podrá emplear durante la partida.
b) Estudio personal. Esta segunda tarea tiene que ver con el estilo del ajedrecista en cuestión. Lo importante aquí no es solo atender al estilo (que es algo que ya se debe saber), si no cómo ese estilo ofrece problemas al rival. Puede ocurrir que ese estilo sea ya, de entrada,incómodo para el rival (por ejemplo, un jugador muy técnico y que su repertorio está construido para llegar a este tipo de posiciones frente a un rival que busca las complicaciones y la táctica) o, por el contrario, que ese estilo no funcione convenientemente frente al rival (tomando el ejemplo anterior, podría ocurrir que el rival fuera muy fuerte en posiciones técnicas pero flojo en la táctica. Habría que plantear si modificando el estilo se podrían obtener mejores posibilidades de victoria).
c) Elección de variantes. Y dentro de esta subfase, lo que se hará será elegir y estudiar qué jugadas concretas se van a emplear en cada momento dependiendo de cómo avance la partida. Esta elección está totalmente condicionada por el trabajo realizada en las subfases anteriores.
Sorpresa e incertidumbre
Hasta aquí todo está claro y sigue una línea lógica, sin sobresaltos. Se estudia al rival, se ve si el estilo personal es adecuado o no a su estilo y se eligen las variantes convenientes. ¿Qué problema puede haber? Precisamente, que el rival hará lo mismo. Seguirá los mismos pasos e intentará poner los máximos problemas durante la partida. Y aquí es donde puede aparecer la sorpresa y, sobre todo, la incertidumbre. Es muy común que uno de los jugadores se vea sorprendido por una jugada con la que no contaba en la preparación. Si pasa esto, es vital que el ajedrecista sepa cómo afrontar este momento de incertidumbre que está más relacionado con la fortaleza mental que con la técnica en la mayoría de los casos. Esta afirmación quizá resulte muy parcial pero ocurre en muchas ocasiones que el ajedrecista no sabe cómo hacer frente a ese momento y, por ejemplo, comienza a presionarse para “refutar” la jugada desconocida que le acaba de jugar el rival o comienza a mostrar desconfianza en su propio juego ya que piensa que el rival se ha preparado mejor, etc. Para afrontar estos momentos y que sus consencuencias no afecten a la partida, utilizo la técnica de la visualización. 
En el siguiente cuadro quedo expuesto un resumen:
Se va a trabajar con el ajedrecista cómo afrontar mentalmente estas situaciones si llegan a ocurrir en la partida y para ello se generará una rutina sobre qué hacer con el fin de que lo interiorice, asimile e integre y pueda emplearlo en caso de que se de esta situación.
FASE ESTRATÉGICA-TÁCTICA
Esta segunda fase transcurre desde que el ajedrecista se encuentra en una situación nueva (que no recuerda o conoce previamente) hasta el final de la partida, hasta que se firma el resultado. Durante esta fase ambos ajedrecistas van a luchar por lograr ventaja e imponer sus ideas y concepciones sobre las del rival.
En esta fase, propia de la partida, intervienen dos factores que vemos necesario delimitar a fin de saber cómo influyen en la toma de decisiones:
a) Factores internos. Son aquellos que forman parte única y exclusiva del tablero y el tiempo: cómo es la estructura de peones, la seguridad del rey, la actividad de las piezas, etc. Son elementos técnicos del juego donde solo interviene el conocimiento y la experiencia de los ajedrecistas.
b) Factores externos. Son aquellos factores ajenos al tablero pero que intervienen o pueden hacerlo en la toma de decisiones. Hablamos aquí de la situación en el torneo, de las impresiones que se tiene del rival en un momento dado, de las expectativas, del cansancio,etc. También hablaríamos aquí de todo el proceso emocional del ajedrecista.
Dependiendo de estos factores, algunas veces de forma más consciente y otra no tanto o nada, la partida avanza y el jugador puede sentirse cómodo en la posición o incómodo. Si el jugador se siente cómodo, en principio, no habría ningún problema. Sin embargo, si el jugador se siente incómodo pueden comenzar a aparecer diferentes procesos que influyan negativamente sobre la toma de decisiones y el rendimiento mental, pero también físico.Aunque no son los únicos, en el siguiente cuadro aparecen las consecuencias de estar incómodo durante la partida y algunas de las propuestas de trabajo que trabajo con los ajedrecistas. 
Lo principal en esta fase no es tanto la utilización de las técnicas si no que el jugador aprenda a ser consciente y a detectar rápidamente (sin que ello requiera de una atención sostenida prolongada) qué le ocurre en cada momento. Si esta detección es acertada entonces se pondrá en marcha la técnica adecuada para paliar, minimizar o eliminar las consecuencias nocivas que puede tener sobre el proceso. Lógicamente, la técnica habrá sido entrenada anteriormente. 
A continuación aparece un cuadro resumen sobre este punto:

FASE DE CONSUMACIÓN
Esta última fase es el tiempo transcurrido desde que finaliza la partida hasta que el ajedrecista tiene que preparar su próximo rival. Esta etapa, a pesar de que es un tanto confusa y complicada de delimitar, tiene que ver con el tiempo que pasa el ajedrecista pensando en la partida que acaba de terminar y qué hace con sus sensaciones, emociones y sentiemientos. Por ejemplo, es común que al perder una partida se pasen varias horas pensando en las posibilidades que se han escapado en la contienda y parece que nada de lo que se haga sirve para apartar esos pensamientos.
En esta fase vamos a delimitar tres situaciones diferenciadas:
a) Sumar. Es cuando el ajedrecista tiene la sensación de que ha sumado (puede ser que haya ganado pero también que haya empatado). Por ejemplo, un jugador puede verse en una posición muy comprometida, al borde del KO. Tras defenderse con gran destreza y aprovechando algún error del rival, logra igualar la partida y finalizar con un empate. Esta es una situación donde el jugador tendrá la sensación de haber sumado medio punto (en detrimento de su rival, que tendrá la sensación de restar).
b) Status quo. Es cuando el ajedrecista no percibe una sensación de haber ganado ni perdido, sencillamente que ambos jugadores han jugado correctamente y la partida ha transcurrido por un terreno normal y sin sobresaltos. Se acepta el resultado como una lógica de la partida.
c) Restar. Es cuando el ajedrecista tiene la sensación de que ha perdido, medio punto o un punto entero. Por supuesto, en ajedrez no te quitarán ningún punto con lo cual el término “Restar” es excesivo. Sin embargo, en muchas ocasiones esta sensación de haber perdido conlleva una serie de emociones y pensamientos que, si no se afrontan convenientemente, influirán en las partidas posteriores y en el resto de la competición.
Sería en este momento, en el de restar, cuando el trabajo psicológico se ve más claro y las técnicas propuestas serían: el entrenamiento atribucional, la reestructuración cognitiva y la escritura terapéutica, entre otras. Todas ellas van encaminadas a que el ajedrecista pueda ver la partida en su globalidad, extraiga algunas valiosas conclusiones y pueda afrontar de una forma óptima su próxima partida y el resto de la competición. Muchos ajedrecistas no afrontan óptimamente este momento y su juego se ve mermado.

CONCLUSIONES
Este trabajo, muy personal, está basado en la experiencia de varios años con ajedrecistas amateurs y profesionales, tanto en sesiones grupales como individuales, así como con las selecciones valencianas y españolas de jóvenes.
No pretende ser una verdad inamovible ni una concepción rígida, si no un trabajo que sirva para la reflexión y aporte una mirada fresca y novedosa al terreno de la preparación ajedrecística.
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